En los debates sobre los procesos de gentrificación, los alumnos preguntan a menudo, un poco importentes, qué puede hacerse desde el planeamiento y las políticas urbanas para evitar una dinámica que parece espontánea, difícil de regular, abandonada a los mercados y sus (N. Smith dixit) caprichosas nuevas ‘fronteras’.

En el siguiente enlace encontraréis un resumen de lo que el berlinés barrio de Pankow ha ideado para frenar la gentrificación que se tragó el vecino Prenzlauer Berg en un par de décadas: prohibir, entre otras cosas, la transformación del tejido residencial para hacerlo más apetecible. Así que han prohibido la renovación de los edificios para la creación de balcones, de nuevos baños en las viviendas, nuevos sistemas de calefacción, adición de plazas de garaje, destinar viviendas a apartamentos de vacaciones…

¿Funcionarán las medidas? La respuesta, dentro de una década, por lo menos.