La charla del jueves en el GSD fue muy bien. En comparación con el estándar en España, la reacción de la gente aquí puede llegar a resultar abrumadora: frente al habitual conjunto ibérico de cejas arqueadas, aquí uno recibe un bombardeo de entusiasmo y preguntas que verdaderamente conectan con tus inquietudes y se prolongan después en un goteo de mensajes al correo haciendo más sugerencias, empujando las ideas un poco más allá, pidiendo cafés para continuar la discusión.
El debate que siguió a la charla planteó tal cantidad de aspectos conceptuales e historiográficos que ahora mismo estoy planteándome cambiar por completo mi agenda en lo que me queda de estancia en Cambridge: había pensado volver al trabajo sobre Central Park, pero siento que el desarrollo de las cuestiones que han surgido puede resultar en un reforzamiento sustancial de mis argumentos, especialmente al nivel de las categorías empleadas, y quizá merezca la pena perseguir esa estela ahora que todavía palpita.
La próxima semana cerramos el seminario sobre la urbanización planetaria en territorios extremos con Neil Brenner. El lunes tenemos una última sesión crítica y el miércoles la presentacion final del trabajo de los alumnos, en una jornada maratoniana que ocupará mañana y tarde con la visita de un par de colegas de NYU para formar un panel final de discusión en el que también participaré.
Mientras tanto Cambridge estalla ahí fuera de sol y flores y el fantasma de Sylvia Plath se pasea por las noches a orillas del Charles… Al volver a su Ariel el otro día me di cuenta de que hace un par de meses se cumplieron 50 años de su triste fallecimiento. Ahora reabro sus páginas en busca de otras respuestas a otras preguntas…