A modo de aperitivo, ahí van nuevas reacciones al sondeo internacional que publicaremos en el próximo número de Urban.
La particular visión que Lucien Kroll da de nuestras cuestiones sobre los conflictos más acuciantes de nuestras ciudades:
Como de costumbre, algunas preguntas contienen ya una respuesta escondida: imaginar que los arquitectos, desde su profesión, podrían solucionar algunas contradicciones actuales de un problema universal es mucho decir… En un sentido más amplio, podríamos reaccionar a la broma del pobre Siegfried Giedion: “la Mecanización toma el mando”… Prefiero a Peter Sloterdijk y su opinión: “El humanismo ha sido derrotado por la tecnología en 1945” (Reglas para el parque humano). O Ivan Illich, que explicó que el ‘instrumento’ era inseparable de la mano hasta el siglo XII. Después, vino el desarrollo preindustrial de la Máquina como tal. Entonces el triunfo del tándem ‘Ford-Taylor’, donde la naturaleza desapareció ante lo ‘artificial’, hasta el triunfo de la bomba atómica. El próximo período no es ya la época de la máquina, sino el tiempo de los sistemas mecánicos. Paso a paso, el ‘hombre’ se ha librado a sí mismo de todas las acciones… Ahí estamos: todavía más artificiales. Destruimos el clima y gastamos los recursos, y entonces, preparando silenciosamente el final de humanidad… Pobre arquitecto, pobre, no se disfrace usted de ingeniero… Porque ahora, para ser eficiente para la humanidad, es mucho más racional ser emocional que ser racional.
Bob Beauregard, de Columbia, sobre el plano en el que deben atacarse estos conflictos:
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Estas cuestiones sólo pueden ser afrontadas con gobiernos democráticos y fuertes, que contrarresten las tendencias, inherentes del capitalismo, a producir crecimientos sin igualdad, gobiernos que toleren e incluso incentiven la sociedad civil.
Y Saskia Sassen sobre las posibles soluciones a dichos conflictos:
Lo mejor para una ciudad es una economía con beneficios distribuidos justamente (lo opuesto a lo que vemos hoy día en las ciudades globales). En mis investigaciones he descubierto que los esfuerzos y programas que tratan seriamente de producir una ciudad verde pueden ser una estrategia clave para generar esta equidistribución. No se trata de un solo programa, sino de un conjunto de programas e intervenciones y su consecución exigirá algo más que las típicas mitigaciones y adaptaciones. Necesitamos una actitud mucho más radical, trabajando con la biosfera en vez de intentar simplemente reducir nuestro impacto sobre ella.
Y aún siguen llegando nuevas contribuciones desde medio planeta. No os perdáis el número 3 de la revista Urban: ¡en las librerías en marzo!