Adios a la revista Urban

No, no se asusten: la revista Urban está viva y seguirá con ustedes, ojalá, durante muchos años. Es un servidor el que dice adios a su labor como co-editor y jefe de redacción de la revista. Han pasado cinco años desde el comienzo de la nueva época; los primeros cuatro años formamos el equipo editorial Fernando Roch, José Miguel Fernández Güell y yo mismo y ahora, tras cubrir un año de transición bajo la nuevo dirección de Javier Ruiz, he considerado oportuno retirarme para dejar paso a la formación de un equipo completamente renovado con su propio proyecto editorial.

revista Urban_multipliciudades_portadas

Esta etapa ha supuesto una experiencia tremendamente fructífera en lo intelectual y una oportunidad para conocer los mecanismos internos del mundo editorial y los procesos de evaluación científica, los entresijos de las bases de datos e índices de calidad de las publicaciones periódicas y, por supuesto, para ponerme al día sobre un buen número de debates en la creciente literatura de los estudios urbanos. Creo que no hablo sólo por mí, sino por todo el equipo: en la revista hemos tenido ocasión de entablar conversación con figuras clave pero también con académicos en los primeros y muchas veces prometedores pasos de sus carreras, de asistir con interés a las discusiones anónimas canalizadas a través de los informes de revisión, de montar algunas batallas discursivas a través de entrevistas, diálogos, etc. Ha habido también proyectos que se han quedado en el camino por limitaciones de tiempo y presupuesto —la situación financiera de la revista, como la de toda la universidad, es muy precaria— y quizá encuentren desarrollo en el futuro. Han sido en total seis números más un séptimo a punto de salir. Por supuesto tengo mis gustos personales, pero obviamente no los voy a revelar aquí; en público ‘todos eran nuestros hijos’ y ustedes pueden buscar sus propias preferencias explorando los contenidos, que desde hace unos meses están accesibles en abierto desde la web del DUyOT.

También hay, por supuesto, contradicciones en este trayecto. La mayor parte de los trabajos evaluados durante este período —casi 200 incluyendo todo el material recibido— constituían aportaciones relevantes, rigurosas y de gran calidad. Sin embargo una parte de las contribuciones, sin duda menor pero aún así significativa, presentaba un manifiesto alejamiento respecto a los intereses y temas de la revista, o carencias importantes en la ejecución de los trabajos. Esta situación empezó a hacerse más evidente a partir de la inclusión de la revista en el Avery Index to Architectural Periodicals, base de datos de publicaciones periódicas de la Universidad de Columbia que distintos organismos nacionales de acreditación y las propias universidades tienen en cuenta para evaluar la actividad investigadora de los docentes y doctorandos. Como es sabido, la creciente presión para que profesores y alumnos publiquen ha desatado una cadena de malas prácticas; aunque sigan siendo minoritarias, cada vez es más frecuente encontrar aportaciones llegadas de cualquier campo del conocimiento, dentro o fuera de la arquitectura y el urbanismo, en ocasiones con una factura pobre, inaceptable para miembros de la universidad (inconsistencias y errores de bulto en el manejo de referencias, plagios, faltas de ortografía, etc.). Es un fenómeno preocupante, pero a uno se le antoja irreversible dado el imperativo actual de ‘publicar o perecer’ — los foucaultianos anglosajones también hablan de un régimen de ‘discipline and publish’ en alusión a la (mala) traducción del clásico. Aconsejo habitualmente a mis alumnos que sean muy concienzudos en la elaboración de sus manuscritos y que conozcan en profundidad y lean la mayor cantidad posible de material publicado por una revista antes de remitir sus trabajos; es lo mínimo que uno debe hacer… ojalá todos pensaran igual.

Más allá de las luces y sombras internas, queda por supuesto la más importante, profunda y a menudo gravísima problemática urbana, y las posibilidades de la investigación académica y la teoría urbana crítica de contribuir a su esclarecimiento y resolución; la nueva época de la revista ha querido ser en estos primeros pasos un experimento exploratorio en este sentido. Con los distintos monográficos lanzados el equipo editorial intentó atender a conflictos y debilidades que considerábamos acuciantes, especialmente en el NS01, Los futuros de la planificación, NS03, Los conflictos de la ciudad contemporánea, y NS06, Teoría urbana: estados del arte. Esos números han concentrado quizá la mayor cantidad de materiales transdisciplinares, mostrando cómo la siempre crepitante arena de debate de los estudios urbanos se ve cada vez más poblada por nuevas miradas desde distintas disciplinas y más allá de ellas. Sacar el debate sobre la ciudad y a la propia revista del círculo específico de los urbanistas y los arquitectos —territorio intelectual habitual en nuestro país pero poco común más allá de nuestras fronteras— supuso desde el principio uno de los objetivos, como podía leerse en nuestro posicionamiento inicial para la nueva época de la publicación. Otros números intentaron responder a oportunidades y ocasiones coyunturales, como el NS02, Espectros de Lefebvre, con motivo del vigésimo aniversario de la muerte del pensador francés, y el NS05, Paisajes críticos. El NS03 y el próximo NS07 fueron números misceláneos.

En fin, no quiero dejar pasar la oportunidad para agradecer a mi departamento por la confianza depositada, a mis co-editores por su estímulo intelectual durante estos años, al personal de apoyo (Ana Zazo, Helga von Breymann y Darine Choueiri) por su inestimable labor en el sostenimiento cotidiano de la revista, a los miembros del Consejo de Redacción y Consejo Asesor Internacional que amablemente se prestaron a colaborar con sus ideas y a difundir el trabajo que estábamos haciendo y, last but not least, a los cerca de cien árbitros externos que han hecho posible con su tiempo y su aportación desinteresada que la revista adoptase su nuevo perfil científico.

Mucha suerte y ánimo para el nuevo equipo… y, para la afición en general, ya saben: Urban seguirá dando que hablar, ¡manténgase a la escucha!

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6 Responses to Adios a la revista Urban

  1. DC says:

    Álvaro, para desearte suerte con otros proyectos intelectualmente desafiantes como Urban!

  2. stuartelden says:

    Thanks for all your work for the journal!

  3. Manuel says:

    Muchas gracias. Excelente y necesario trabajo: es verdaderamente una lástima que no continúe en la revista una línea que llena de contenido socio político un urbanismo español que tanto lo necesita.. Seguiremos tu blog y tus publicaciones con mucho interés.

  4. SOTO BADILLO OSCAR DESIDERIO says:

    Muchas gracias Álvaro por este trabajo tan pertinente y de extraordinaria calidad. Sin duda Urban es un referente para quienes queremos comprender mejor los desafíos de nuestra contemporaneidad urbana. Abrazo fraterno para ti y los compañeros del equipo. Hasta siempre desde México.

    ________________________________

  5. Emilio says:

    Álvaro, menuda mala noticia que me llevo cuando por fin consigo conectarme. Desde Lyon un fuerte abrazo y gracias por tu trabajo y generosidad

    • asevillab says:

      Gracias Emilio (y a todos los demás!). Para nada una mala noticia, la revista sigue adelante y yo empiezo nuevos proyectos.
      Un abrazo y buena suerte en Lyon!

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