Las últimas semanas, meses, dejan tras de sí un paisaje difícil en el que, una vez más, las claves de lectura surgidas en la investigación de espacios del pasado sirven para comprender las historias del presente, tanto a nivel social como biográfico. Las viejas notas de Charles Wright Mills sobre el oficio cotidiano del intelectual ganan de nuevo relieve y, en mi diario, los apuntes sobre los agravios de antaño y los de hoy se mezclan, construyendo una crónica única de desposesiones varias.
Hace unos meses dejé el mundo del enclosure inglés para partir hacia una nueva estación en la historia social de la planificación en la que llevo ocupado varios años, pero en el camino vuelven a la memoria algunos materiales de ese período de intenso cambio socioespacial para retratar nuestro presente común. Entre ellos un pasaje de la extraordinaria exploración que Steve Hindle hizo de la pobreza y su gestión en la transición del feudalismo al capitalismo, On the Parish? The Micro-Politics of Poor Relief in Rural England, 1550-1750 (Oxford, Clarendon, 2004); como el propio Hindle señalaba, un trabajo que venía a completar la labor comenzada un par de décadas antes por Paul Slack en su Poverty and Policy in Tudor and Stuart England (London, Longman, 1988), a su vez una contribución clave de la primera generación de historiadores formados bajo la influencia directa del gigante Edward P. Thompson.
En el pasaje al que me refiero Hindle mostraba cómo los pobres de la época se referían a su propio periplo vital en la lucha por intentar sobrevivir y sacar adelante sus familias en un contexto de extinción de las viejas formas económicas, de expansión del trabajo asalariado y el mercado, de precariedad e irregularidad a todos los niveles:
[T]hese men and women ‘lived by the providence of God: the employment they found was so precarious and uncertain they could not give it a name’. Whenever they did attempt such a description, however, their preferred idiom was to explain that they made ‘shift’. (Hindle, p. 15)
Dadas mis rudimentarias nociones de filología, desconozco si el uso del concepto ‘make shift’ para referirse a esa situación de precariedad e irregularidad laboral se origina en esta época. Al parecer el término ‘makeshift’ (sustituto o sustitución temporal), en una sola palabra, se encuentra por primera vez a mediados del XVI. El lenguaje, como el espacio y el territorio, se retuerce bajo la influencia de las nuevas dinámicas sociales y económicas en curso de formación. En el testimonio directo de Richard Hammond, un desesperado trabajador textil de Bocking (Essex), hacia mediados del XVII (en inglés de la época y con la flexibilidad ortográfica habitual de aquel momento, of course):
Whereas Right honourable and Worshipful we Combers have petition’d unto Mr Smyth’s Worship last fryday for worke & he told us that our townsmen had p[ro]missed him that we should have worke but it proufe noe such matter for I have asked both the townsmen & the Overseers & and they regard not my complaint & [I] have not had half worke Enough sinc[e] Witsentide & my Charg[e] is soe great that I can make shift noe longer for I have 5 Cheldren to keep & I had much adoue to keep them when I had worke Enough & I have made all the Shift that I can. For my owne parte I have never chargd the towne for a penny, not soe I desire now but Crave work of them to mayntaine my Charg[e]. I never took noe lewed course for to rong any man nor yet Rune about the Country as others have done as it is well knowne that some went for Corne to the sea sid[e] & tooke it by violen[ce]. Some again ran up to London beagging. I never stand [?idle] but kept my worke & it is nothing els which now I crave to maintain my Charg[e] that I may not take noe unlawfull co[u]rse for it is hard to starve Job saieth, since for skin & all that a man hath he will give for his life. (Cit. en Hindle, p. 15)
Cómo pasa el tiempo y qué poco cambian las cosas…